domingo, 27 de febrero de 2011

El Silencio e Invierno Nuclear, vol.23: ¿En Razón? A Casa.

-¡Te vas a ir a la mierda, hijo de puta! - Aulló Maestro de Sangre al tiempo que las venas de sus muñecas explotaban.
-Por favor, estamos en medio de una plaza, y no te estoy hablando a ti. - Contestó Carlos haciendo acopio de toda la serenidad que pudo reunir.
-¡Pero yo no uso una máscara como tú, cabrón! - Aulló todavía más fuerte, al tiempo que dejaba surgir de sus muñecas heridas dos largos hilos de sangre a modo de látigos.
Al ver eso, Lucía se llenó de miedo. Estaban rodeados de gente así que su amigo no debería estar exhibiendo sus poderes. El pánico que sentía la hizo empezar a experimentar un horrible calor surgiendo desde su interior. Definitivamente las miradas estaban ahí, fijas en ellos tres. Estaba totalmente paralizada.
Carlos miró alrededor y procuró no inmutarse cuando dijo:
-Miralos joder, no vas a hacerme nada y lo sabes.
Se equivocaba. Maestro de Sangre alzó ambos "látigos", pero de repente salieron despedidos en la dirección opuesta deshaciéndose en miles de gotitas en el aire, dejándolo atónito a él y a toda la gente de la plaza que estaba mirando.
Todos se quedaron callados por unos segundos. Lucía sentía que se estaba abrasando por dentro pero estaba tan asustada que no terminó de darse cuenta hasta que sus nuevas gafas se empezaron a empañar. En el aire empezó a arremolinarse una fina ceniza que se iba volviendo más y más espesa por momentos. El clima ya era frío pero los termómetros empezaron a bajar vertiginosamente. Ella era la única que no sentía frío y no había empezado a toser. Le tocaba hablar y, dirigiéndose al Silencio dijo en tono suplicante:
-Sácanos de aquí...
Nada más decirlo varias violentas sacudidas llevaron a que los tres se perdiesen entre los tejados de los edificios cercanos.

Maestro de Sangre tenía ya la barbilla roja y lloraba sangre mientras ellos dos seguían callados. Quería decir algo pero no sabía el que y pensaba que se le había olvidado el como. Fue Luci la que habló una vez más, tras cerrar los ojos, respirar profundamente, quitarse las gafas y esperar a que por lo menos la radiación y la ceniza se fuesen disipando:
-Venga Carlos, deja la pose que no llevas puesto el traje. Estás deseando empezar a hablar sin parar como siempre haces, así que dime que coño vamos a hacer ahora.
Carlos, El Silencio, no quería hablar esta vez pero tuvo que hacerlo:
-No lo sé...
-Bien, pues bájanos y lárgate. Nos arreglaremos.
-Pero...
-¿El Silencio se siente impotente por una vez, Carlos?
-Joder, unas cincuenta personas acaban de ver como este controla su sangre. - Señaló a Maestro de Sangre.
-¿Cómo coño crees que me siento yo, joder? - Por fin habló, escupiendo pequeñas gotitas a la cara de su interlocutor.
-Y nos habrán visto con él. La acabas de joder viniendo a verme. La acabas de joder pero bien. - Dijo ella mirando por el rabillo del ojo como se disipaba la ceniza y sintiendo como el viento iba cesando.
-Te echo de menos, cariño. Y joder, no me comporté bien, ya lo sé.
-No, ya...
Él suspiró, cerró los ojos y se guardó las manos en los bolsillos para que ella no viese como temblaban, mientras decía:
-No digo ahora, hablo del mes pasado en la cueva. No debí haberme ido así y tal. Que coño, debí haberte escuchado desde el principio.
-Ey, no me jodas que le crees... - Dijo Maestro de Sangre a su amiga al ver como cambiaba su expresión.
No estaba segura de nada. En serio, de nada.
-Mira, ahora no llevo disfraz. Lo he pensado y era eso, un disfraz. ¿Volvemos a la cueva y hablamos?
-Bueno...
Carlos dio un paso al frente para, sacando una de sus manos del bolsillo, colocarla sobre uno de los hombros de Lucía. Ella se prometió a si misma no llorar en ese mismo instante. Lo cumplió.
-¿Y tú que harás? - Dijo él dirigiéndose a Maestro de Sangre.
La contestación fue, no ya demasiado malsonante, sino demasiado incoherente para ser transcrita aquí. Carlos le ayudó con su poder a bajar del tejado y le dejó ir a hacer todo aquello.
-¿Nos vamos a casa?
Ella asintió. No se había dado cuenta hasta ese momento de que había tenido las gafas en la mano todo el rato. Él se las cogió aprovechando para acariciarla, las miró y, viendo que el vaho ya no estaba, se las colocó diciendo.
-Te quedan muy bien, en serio.


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Debo agradecer a la sonriente Itziar Chao (http://tintaenmisvenas-itziar.blogspot.com/) la idea de empañar las gafas. Aquí puede parecer una chorrada, pero se me están empezando a ocurrir grandes cosas acerca de este asunto. Porque las gafas molan.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Más miseria moral

Es como explotar. Parece que luego se acabará todo pero no, duele más.
Y cuando ni el alcohol puede salvarte es que tienes un gran problema.

domingo, 20 de febrero de 2011

Relatos de la miseria moral

Vale, hagamos arte...

¡Mierda! Se me fue...

Vale aquí está:


Vagabundea solitario por las esquinas en la noche. Duerme de día, es lo que hay.

Fan del whisky más barato, amante de la absenta más infame, recorre tugurios para pedir a las camareras más amables. [Trozo de mierda borrado]

Así la realidad pasa más lenta, el ruido pasa más lento, la gente pasa más lenta, la vida pasa más lenta. Uno no puede analizar el asco y verguenza que le da algo hasta que no lo analiza con detenimiento. Y el tiempo se detiene, vaya si se detiene.

Escribe en papeles sobre los que vomita en los bares más sucios mientras los ojos de ella y los de la demás gente decente descansan. Se cree un puto Adán literario, como los románticos y los malditos. Ahora todos están muertos, yo, como narrador, solo lo dejo caer. Así de risas.

Odia lo que escribe y escribe lo que odia porque los sentimentalismos chungos son para quien todavía posee un poco de cordura.

Mete el automático a la tinta y la deja correr como un puto río lleno de mierda y así le va. Se recrea en el propio asco y lo luce con semiorgullo. Es ese bufón del que puedes reirte mientras deforma su boca con una extraña mueca difícil de interpretar y cumple acertadamente con el papel que se le ha otorgado.

Porque la sociedad es un teatro, pero un teatro chungo y raro en el que no quiere participar. Por eso se ha aficionado a sentir el calor en su garganta destrozada, por encima de todo ese frío exterior que nos rodea a todos.

Y mientras él destroza muebles en su mente, a las 4:40 ella descansa y tú pierdes cualquier día tu valioso tiempo leyendo esta miseria escrita un diecinueve de febrero de 2011 que no se volverá a repetir, mientras él se ríe, borracho, de ti por tu descuido y el suyo.

Pero sus ojos le devoran, quiera esto decir lo que quiera decir, no es bueno y ya está. Jódete y punto; el insulto final que no cesa.

viernes, 18 de febrero de 2011

Infección

Relato inspirado por un dibujo de la siempre simpática Itziar Chao (http://tintaenmisvenas-itziar.blogspot.com/).
(¡Eres muy muy grande, personita!)






Nadie recordaba ya la época en la que se había edificado el conjunto de edificios conocido popularmente como Black Complex, pero sus altas torres y sus chimeneas que nunca habían expulsado humo alguno seguían intrigando a la población de Low Hill. ¿Qué secretos se ocultaban tras esa miríada de ventanas tintadas de curioso azul? ¿Por qué cada mañana unos cuantos cientos de hombres y mujeres llegaban de fuera del pueblo y se encerraban allí hasta bien entrada la noche, para luego irse como habían llegado?

Shane Wayne había estado estado atosigando durante todo el día con estas y otras cuestiones a su amigo Peter Usher hasta que este lo había mandado a la mierda. "Black Complex está ahí y punto, no pienses más en ello", le había dicho su amigo antes de inventarse una excusa estúpida para largarse cuando, sin querer queriendo, Shane había dirigido su mútuo paseo hasta la plaza central en torno a la que se erigían aquellos mastodónticos edificios.

La plaza no era sino un espacio blanco y rectangular, en el que Shane siempre acababa sus paseos sin saber muy bien la razón. Aquel lugar era tan diferente al resto del pueblo que parecía hechizarle. Un poco más abajo, realmente cerca de Black Complex, no había nada ni nadie que pudiera sorprenderle. Todo era rutina y caras demasiado conocidas como para querer seguir viéndolas. Todo era agónico aburrimiento para Shane en Low Hill. Todo menos Black Complex. Aquellos edificios eran un tangible misterio, forjado en alguna extraña clase de metal y cristal azul y eran, en el fondo, lo único que le ataba a aquel horrible pueblo.
El que parecía ser el edificio principal era el que más intrigaba a Shane. Se hallaba custodiado por los dos edificios más altos y, sin embargo, era el más bajo de todos, con tan solo un par de pisos de altura mientras que los demás parecían tener cientos. Tenía grandes puertas de cristal a las que no importaba cuanto se arrimase Shane... No se veía nada del interior por culpa de aquellos cristales. Tenía también un par de balcones, uno en el segundo piso, acompañado de una gran ventana, y otro en la azotea. Por detrás de ese balcón se podían ver varias de las chimeneas con las que contaban todos los demás edificios.
Estas chimeneas eran la parte más intrigante del conjunto. ¿Por qué estaban allí? Shane se quedaba mirándolas, a menudo durante horas. Nunca salía nada de ellas. O al menos nunca había salido hasta ese día...

Shane contempló, alarmado sin saber el motivo, como un hilillo de humo verde comenzaba a surgir de esas chimeneas. Poco a poco ese hilillo se iba convirtiendo en una humareda verde que, de no ser porque sabía que era imposible, Shane Wayne hubiera jurado que se trataba de una extraña especie de humo gelatinoso.
Antes de que Shane hiciese ningún movimiento, los cristales de las puertas del edificio principal comenzaron a agrietarse hasta que uno de ellos estalló. Shane se sobresaltó al ver surgir de la puerta a varias personas que correteaban enloquecidas, al tiempo que sangraban por ojos, nariz y boca. Algunos de ellos además parecían haberse autolesionado, pero lo más extraño de todo es que de algunos de ellos surgía también aquel extraño humo verde y gelatinoso que no paraba de salir de todas y cada una de las chimeneas de aquel extraño lugar.
Un hombre recién salido del edificio consiguió reunir la suficiente cordura para dirigirse corriendo hacia Shane al tiempo que balbuceaba algo que solo podía entenderse como "saque a los niños, Wayne".
Shane por fin pudo ver el interior de Black Complex cuando entró allí, al tiempo que la gente de dentro luchaba por salir. Allí dentro no había nada a parte de caos, muerte y ese maldito humo verde. Comprendió inmediatamente lo que era, tanto él, como Black Complex, como, por supuesto, el humo verde. Lo comprendió todo, así que no perdió tiempo en reunir a aquellos pobres niños que luchaban para no ahogarse con su propia sangre. Cogió a uno de ellos en brazos y, tras comprobar que los demás todavía podían andar, les indicó que le siguiesen rápidamente al exterior.

Mientras aquel niño moría vomitando sangre y ahogando sus ojos con lágrimas igualmente sangrientas mientras su cuerpo parecía vaciarse de aquel humo, Shane Wayne no pudo hacer más que horrorizarse al mirar al horizonte y ver como aquel horrible y gelatinoso humo verde estaba ya llegando a las afueras de Low Hill...

Y así, tanto sus temores como su deber se vieron confirmados.

lunes, 7 de febrero de 2011

Maestro de Sangre's Extremely Comeback: Amor al Invierno

Escribí esto en la madrugada de ayer, pero por ciertos avatares del destino que incluyen ordenadores de mierda en la facultad lo perdí. Ahora acabo de reescribirlo lo mejor que pude. Sé que la primera versión era mejor, pero no recuerdo por que. Como veo que no puedo recordar nada más de como era lo subo así. Disfrutad. O no.

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Lo pedísteis. Lo pedísteis de vuelta y aquí lo tenéis, colgado desesperadamente de un teléfono, a punto de hacer lo que él considera un suicidio y lo que cualquier persona consideraría normal:
-Mira muslitos, - no me jodáis, vinísteis aquí a verla y va a aparecer si o si – prometo quedarme sin sangrar durante todo el día... Al menos en público. Pero voy a sacarte de casa, ¿vale?
Un rato después, nuestro divertido e interesante protagonista dejaba su Refugio para irse a uno de esos bares con carta de cafés. Tiene una decoración más o menos verde, por si os interesa. Una vez sentado le vino a la mente una terrible a la par que demoledora idea:
-Joder, tiene que venir desde el puto monte...
-¿Perdón? - Camarero Genérico Nº1.
-¿Es este uno de esos bares donde uno puede sentarse para quedarse mirando melancólicamente por la ventana esperando a su cita?
-Aquí no hay ventanas señor... - Contestó el camarero, visiblemente nervioso.
-Oh mierda. Vale pues ponme un agua. - Dijo suspirando nuestro protagonista.

Unas diez aguas después ella apareció en todo su adorable y hermoso esplendor, que no será descrito aquí para no estropear la mitad de la gracia que el personaje pueda tener.
Camarero Genérico Nº2 se apresuró a atenderla, a lo que ella contestó con desgana:
-Un café irlandés por favor. Bueno... Mejor dos.
-Hola muslitos. - Consiguió articular nuestro extravagante protagonista, al tiempo que mostraba una extraña mueca que seguramente era una sonrisa.
-Hola Maestro... - Sonrió ella débilmente.
-Luci tengo que preguntarte algo... - Ella le preguntó de que se trataba – Resulta que he estado mirando al cielo y al clima en general últimamente y... ¿Eres tú?
Estaba preciosa hasta cuando se encogía de hombros y agachaba la cabeza. En serio, era un puto amor tremendamente abrazable.
-Creo que si... - Contestó con la voz entrecortada.
-Joder muslitos, tienes que pararlo, ¿eh?
-No sé como hacerlo... - Poco más podría entrecortarse su voz antes de caer en el abismo del silencio – Tengo que preguntarte otra cosa... ¿Es verdad lo que dicen las noticias acerca de que estás trabajando con Carlos? - Vale, es otro tipo de abismo del Silencio, ¿qué pasa?
Nuestro intrépido protagonista, lleno de recursos y habilidades comunicativas sin par se pensó durante unos segundos la respuesta. Reflexionó acerca de hacer explotar las venas de sus muñecas para mostrar su disconformidad con la pregunta, pero al final respondió elocuentemente:
-Si y no.
Ella pidió explicaciones acerca de tan clarificadora respuesta, a lo que él respondió:
-Intento parar a ese cabrón, así que lo sigo. Lo que pasa es que a veces se mete en problemas y claro, no voy a quedarme parado a ver las palizas, ¿no?
-¿El Silencio se mete en problemas? - Se sorprendió Lucía.
-¿El Silencio? ¡Solo es un puto niñato con la autoestima en el culo en el cuerpo de un hombre, joder! - Chilló más allá de lo aconsejable él.
Ella se tragó como pudo las ganas de discutir, así que la conversación pudo transcurrir de una manera menos tensa a partir de ahí, que miró fugazmente su reloj y entonces él dijo:
-Ahora es cuando me abandonas...
-No, - Sonrió ella, débilmente – es que... ¿Te conté que voy a usar gafas a partir de ahora? Pues puedo ir a recogerlas hoy ya, y pensé en ir hoy antes de que cierre en un rato.
-¿Te acompaño?
-Pues claro. - Volvió a sonreir.
Se levantaron y pagaron cada uno lo suyo antes de salir del bar. Si os preguntáis como coño hace Maestro de Sangre para pagar lo suyo, es porque es el heredero de la fortuna multimillonaria de un médico muerto, por ejemplo.

Mientras recorrían el pequeño trecho que hay desde el bar hasta la óptica, teniendo en cuenta que la Plaza Roja siga ahí a la hora de leer esto, Lucí dijo:
-Oye Maestro, gracias por sacarme de casa.
-No iba a dejar que te quedases tirada en cama congelando e irradiando la ciudad, ¿verdad? Además no puedo resistirme a los escotes que usas, niña. - Respondió con una risita de lo más disonante.
Ella sonrió y dijo con una voz más dulce de la que habitualmente usaba:
-Eres un buen amigo.
-Es una pena, chica.

Rápidamente llegaron a la óptica, donde la dependienta se sorprendió al ver a Luci con otro hombre diferente. No hizo ningún gesto ni nada, pero se notó en el tono que utilizó para decir:
-Aquí tiene sus gafas, gracias.
Eran unas gafas de esas que no tienen montura por abajo con las que hay que tener más cuidado pero también molan más. Luci se las probó ante un espejo mientras una oleada de desolación le sobrevino al pensar que iba a tener que llevarlas durante el resto de su vida.
Al verla con las gafas puestas, Maestro de Sangre se apresuró a expresar de la forma más obscena posible su opinión acerca de como le quedaban. Esto escandalizó todavía más a la dependienta, pero no a Luci, que estaba acostumbrada ya a este tipo de trato por parte de su amigo, instructor y protector, así que se limitó a decir:
-Gracias...
-Nada puede quedarte mal, muslitos. - Se cortó un poco esta vez ya que había visto a través del rabillo de su expresivo ojo la mueca de disgusto de la dependienta aburrida que había allí.
Ella agradeció el cumplido como pudo. Luego pagó y ambos se dirigieron a la puerta. Ya no se quitó las gafas, pues era mejor que se acostumbrase cuanto antes a su nueva cara. Porque en serio, esas cosas cambian la cara, aunque no siempre para mal y viceversa.

Al salir contemplaron a los jóvenes que se empezaban a reunir allí para preparar los múltiples botellones a los que, para desgracia de Luci, no estaban invitados. Se quedaron un rato paseando por el lugar viendo a toda esa chavalada que seguramente se lo pasaría mejor que ellos esa noche, cuando de repente se escuchó una voz bastante familiar detrás de ellos:
-Te quedan bien.
Ella se giró lentamente a preguntar, aunque sabía perfectamente quien era:
-¿Carlos?
Allí estaba él, asintiendo, en una típica y aburrida ropa de calle, mientras a nuestro ahora furioso protagonista comenzaban a llenársele los ojos y la boca de sangre.
-¿Qué haces aquí? - Preguntó ella, sin saber muy bien si debería haberlo hecho.
-Recordé que hoy tenías que recoger las gafas, así que vine a verte. - Dijo él, con una serenidad que acojonaba.
-Bueno... Eso es que llevas dando vueltas por aquí todo el día, ¿no?
-¿A dónde voy a ir, cariño?
Fue entonces cuando Maestro de Sangre, preso de ira, se giró bruscamente, con la boca y los ojos chorreando y la cosa se puso muy seria así que la narración debe parar aquí porque en teoría esto es una cosa de coña.
Pero solo en teoría.
O no.

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Al final utilicé los dos títulos, soy un genio ;)

martes, 1 de febrero de 2011

I'm in love with Jennifer Hills (Crítica de I Spit On Your Grave [2010])

Por primera vez, y sin que sirva de precedente, aquí está la crítica de una película. Se trata de I Spit On Your Grave, remake de 2010 de la película homónima de 1978.
¿Por qué una crítica en un blog que no va de esto? Porque estaba haciéndola para filmaffinity pero me quedó demasiado larga. No quiero recortarla porque quiero mostrar todo mi amor a Jennifer Hills, la protagonista de la historia, así que pensé en dejárosla por aquí. De todas formas si os apetece ver más críticas y puntuaciones mías en filmaffinity mi usuario se llama TheWriter, como no podía ser de otra forma.
Sin más preámbulos os dejo con la crítica/declaración de amor:

I Spit on Your Grave es un remake de la peli setentera del mismo título, también llamada Day of the Woman y conocida aquí como La Violencia del Sexo. La original me parece muy interesante porque, a pesar de que fue parte de un género (rape & revenge) creo recordar que es la única que vi en este plan, así que me impactó bastante, así que por eso tenía miedo de ver este remake. Porque los remakes apestan, ya que nos ofrecen una versión descafeinada y desvirtuada (pero muy muy descafeinada a veces) de una cinta que normalmente es buena en su versión primigenia. En una historia como esta, donde la violencia, sexual para más inri, es el eje de toda su mínima trama, pensaba sinceramente que la iban a joder pero bien. Que equivocado estaba... Los remakes apestan pero este no.
Y no solo no apesta, sino que supera a la original, para mi sorpresa. Vale, la original es la original y siempre debería tener más valor ya solo por ello, pero no hay que restar méritos a esta nueva Jennifer Hills. Una Jennifer más guapa tal vez, pero con las mismas ganas o más de vengarse de sus violadores.
La cinta está rodada con técnicas de cine de terror, slasher concretamente, y eso le da una atmósfera y un tono bastante interesante a una historia que yo no calificaría como tal. Esta es una historia de venganza... Y menuda venganza...

El caso es que Jennifer Hills es una joven escritora que se retira a una cabaña en medio del monte (MEEEC!!! error en cualquier peli. Nunca os vayáis a una de estas cabañas ni solos ni acompañados) buscando soledad y tranquilidad para escribir su nueva novela. Allí se ve asaltada por unos tipos que casi podríamos clasificar como rednecks, entre los que está el sheriff del lugar, que la vejan y la violan para luego darla por muerta/desaparecida. Ante esto, ella vuelve un mes más tarde para vengarse, con toda su justa razón, y se dedica a cazar y a vejar a cada uno de los tipos. Vejaciones que tienen que ver con lo que cada uno le hizo a ella pero tal vez más salvajes. De todas formas no dejo de aplaudir cada acción de la chica. ¡Esos cabrones se lo merecen!
Tal vez la escena de las vejaciones a Jennifer y sus repetidas violaciones está algo rebajada con respecto a la original, pero aún así las creíbles interpretaciones de todos, en especial de Sarah Butler (que interpreta a mi nuevo amor platónico) nos hacen sentir el dolor y la humillación que hacen sufrir a la chica. De todas formas lo bueno viene más tarde. Un mes más tarde en tiempo de la historia, cuando ella vuelve full & reloaded. No sabría si llamarla perturbada... Bah, que va, como dije se merecen todas esas torturas que sufren antes de morir y que, menos mal, no están para nada rebajadas.

Consideraciones finales:
No nos engañemos, aunque me haya encantado la película, no se la recomendaría a cualquiera. Es una película muy violenta, y no hablo de sangre, que la hay, pero sin llegar al gore. Esta es una violencia cruda, realista y más psicológica que física aunque de eso obviamente tiene mucho. La recomendaría a quien le haya gustado la original, creo que disfrutará más de esta, o a quien quiera ver algo fuerte psicológicamente, ya que vernos al principio como vouyeurs de las vejaciones a Jennifer, casi partícipes y cómplices de los actos de estos depravados y luego ya si completamente partícipes, voyeurs también, y sobre todo muy de acuerdo con los violentos actos de la chica no es para cualquier estómago y mucho menos para cualquier moral.

Lo mejor: Remake que supera a la original, actuaciones creíbles en todo momento, mucho malestar psicológico en ambas direcciones, ambiente de peli de terror que le da algo especial a una historia de venganza.

Lo peor: Los cuervos cantan mucho... Aunque la idea de la escena y toda la escena en si es genial... Cantan muchísimo.


SPOILER:
Las torturas a las que Jennifer Hills somete a los tipos estos son realmente crueles, sobre todo la del gordo al que unos cuervos acaban comiendo los ojos (como manda el refrán) y el sheriff al que una escopeta le viola el culo, literalmente. Sin embargo uno no puede dejar de alegrarse por el aciago destino que les espera. En serio, con lo de la escopeta hasta aplaudí un poquito.


P.D: El tipo que escribe http://siempretealejasenlastardes.blogspot.com/ me dice que puedo seguir en filmaffinity en la zona de spoilers, así que lo haré pero lo posteo aquí igual. Perdonad la molestia.