sábado, 29 de octubre de 2011

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Dejaré de ir al cine hasta que los guionistas dejen de escribir sobre ti.

Volveré a comprar dvds cuando encuentre alguno que no trate sobre ti.

Dejaré de escuchar música hasta que los músicos dejen de hacer música para ti.

Dejaré de escuchar a toda esa gente que me habla de ti.

No leeré más novelas si siguen escribiéndose sobre ti.

Dejaré de mirar a todas esas personas que se parecen a ti.

Dejaré de mirar todas esas nubes iguales a ti.

Apagaré las constelaciones con formas que me recuerdan a ti.

Haré todo eso y más o admitiré que tengo un problema.

domingo, 16 de octubre de 2011

El Silencio, vol.3: Contraataque Parte 6; Decisiones

Pediría perdón por la tardanza y por lo corto que es, pero ya mandé a la mierda la periodicidad mensual y la duración. A partir de ahora todo lo que tenga que ver con Luci y Carlos saldrá cuando tenga que salir y como tenga que salir.

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Abrió los ojos pesadamente pero no vio nada.
-Joder... ¿Estoy muerto ya? - Preguntó en voz alta, sin esperar a que nadie respondiese.
-No, gilipollas.
-No veo nada y hace frío...
-Si, hace frío en toda la puta ciudad, pero si quieres enciendo la luz.
Y sin esperar respuesta, la luz se encendió y El Silencio pudo ver como Maestro de Sangre se paseaba nerviosamente por una pequeña estancia de piedra. Sin duda se trataba de una de las salas del Refugio.
-¿Por qué estoy aquí? - Preguntó El Silencio, sin intentar levantarse.
-Mis semiinvisibles volvían sin ninguna información y te encontraron medio muerto en un puto tejado. Ahora mismo estoy calentando tu sangre para que no vuelvas a caer en la hipotermia. Joder, a saber cuanto tiempo llevabas ahí.
-¿Puedes hacer eso?
-Soy Maestro de Sangre y puedo hacer eso y más. Mira, tenemos que decidir que hacer con tu novia.
El Silencio se incorporó de repente, gritando:
-¡Tenemos que encontrarla!
-Lógicamente, gilipollas. El problema es que vamos a hacer con ella cuando la encontremos.
-Esconderla de Los Veladores.
-¿Y crees que eso va a servir de algo? Mira, este sitio puede estar comprometido y a lo mejor hay que abandonarlo pronto. Esa gente encuentra lo que se propone, ¿dónde coño quiéres esconderla?
Carlos Caccamo, El Silencio, se levantó de cama, despacio, mientras Maestro de Sangre salía despedido hacia una pared. Él se le acercó y, cogiéndolo de los cuellos de su camisa llena de sangre seca, le preguntó:
-¿Qué estás insinuando?
-Insinuo que es peligrosa, solo eso.
-¿Peligrosa?
-Joder, mira lo que hizo.
-¡Lo que le hicieron hacer!
-No, perdona, no es lo que le hicieron hacer. - Maestro de Sangre sonaba muy irritado. - Sus poderes son muy peligrosos. Joder, sus poderes son esto. A la tipa no le llaman Invierno Nuclear porque si, ¿entiendes?
-¡Ella quiere ayudar a la gente!
-¡Ella no quiere ayudar a nadie, joder, ella quiere que la dejen tranquila para que esta mierda no se dispare como ha hecho. Tú la sacaste a plena vista, la pusiste hace cinco años en el punto de mira de Los Veladores cuando ella simplemente vivía su vida.
-¿La culpa es mía ahora?
-No lo sé... ¡Pero no es suya!
-¡Por eso vamos a encontrarla y a esconderla!
-Mientras estamos aquí puede que ellos la hayan encontrado.
-¿No tienes ninguno de tus putos planes de mierda en acción?
-No hay plan contra esta gente, acéptalo.