miércoles, 1 de abril de 2015

Voces

Con sangre en las paredes, pistola en la mano
mi cuerpo muerto nadie vendrá a llorarlo.



El cañón del arma aún caliente contrasta con el frío destello de la bala clavada en la pared tras atravesar mi cráneo. Mi cara es solo una broma cruel de lo que una vez fue, desencajada y desfigurada por el rigor mortis que asoma. Sangre sobre la alfombra, sangre que ya nadie vendrá a limpiar. Una canción triste sonando en una radio que nadie va a venir a apagar. La inmundicia y la suciedad que me rodean ya no pueden molestarme, pronto estaré también podrido. Mi cuerpo inerte a punto de caerse de la silla sin que nadie vaya a ir a levantarlo. Es el fin, at last.


Pero las voces, las voces no cesan y aunque quedaran balas en la recámara no puedo ya volver a intentar callarlas disparando.

Las voces, oh joder, las voces.