martes, 12 de julio de 2011

El Silencio, vol.2: Contraataque Parte 4; Se Apaga

Acababa de cagarla pero bien. Estaba tirado en el suelo, desangrándose, mientras seguramente el mundo, o por lo menos la ciudad, se iba a la mierda. Intentó volverse para mirarla, pero eso hizo que las punzadas de dolor se extendiesen de sus extremidades y de su pecho a todo su cuerpo, tan solo para alcanzar a ver como ella corría hacia alguna parte. Parecía que Los Veladores habían ido y ella se estaba yendo. Intentó gritar, pero su garganta estaba llenándose de sangre. Al haber sido tiroteado en las extremidades estaba totalmente paralizado y solo podía contemplar como su querida gabardina se iba tiñendo de rojo. Intentó calmarse y pensar. Él era El Silencio y El Silencio es un puto superhéroe. Los putos superhéroes no mueren tiroteados por unos gilipollas en medio de una plaza mientras la gente corre asustada y las temperaturas bajan tremendamente. Tenía su poder y podía usarlo, por mucho que doliese agitarse de esa manera. Se concentró, más o menos, y salió despedido hacia arriba. Justo cuando iba a empezar a caer, salió despedido hacia delante. El dolor de sus miembros tiroteados era insoportable y él no recordaba haber sentido tanto dolor nunca. De hecho no recordaba la última vez que había sentido dolor más allá de alguno ocasionado por los poderes de Invierno Nuclear... como ahora.
Concentró la poca consciencia que le quedaba en dirigirse hacia la zona vieja de la ciudad, hasta llegar al Refugio. Perdió la consciencia a la mitad. Cayó en la azotea de un edificio, desmayándose y abandonándose al frío y a la muerte.
Mientras El Silencio estaba desmayado el mundo seguía girando, aunque él no lo creyese, y la ciudad se oscurecía y se enfriaba más por momentos, tanto que ya casi no parecía de día.
Al poco rato el dolor le despertó. Una finísima capa de nieve lo cubría en pleno julio. Tenía tanto frío que no sentía la mayor parte de su cuerpo. Intentaba concentrarse para utilizar su poder. Aunque muriese en el intento tenía que salir de allí. Sentía que la consciencia iba a írsele de nuevo, mientras veía toda esa sangre entre la nieve. Era su sangre. Casi no se lo podía creer. ¡El Silencio derrotado en una plaza pública, sangrando en una azotea que se iba llenando de nieve! Volvió a perder la consciencia.


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Y así queda cortito, todo sea por la expectación ;)

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