domingo, 16 de diciembre de 2018

Un Soneto Para el Fin del Mundo


Llegó de la profunda oscuridad
del éter cayó la roca de fuego,
grandes olas causan desasosiego,
el mundo muere ciudad a ciudad.

Solo tú avisaste a la humanidad,
no hizo caso y lo tomó como un juego,
se ve que solo yo no estuve ciego
y contemplamos con curiosidad

a ahogados por el aire ceniciento,
tierra temblando bajo nuestros pies:
para el final cogimos buen asiento.

Arde todo, brindamos con cafés,
disfrutamos el entretenimiento
¡y acabo un soneto como ya ves!

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