domingo, 10 de octubre de 2010

Mi problema de madrugada/Tu problema de madrugada

Tengo un problema. Un problema de madrugada.
En ocasiones, de noche, el alcohol me lleva al más absoluto delirio y, mientras van pasando las copas, y las copas, y las copas, y las copas, me invaden las ganas; no, la necesidad; de coger una pistola y ponerla cerca de la cara de la gente que me importa.
Seguramente no te digo nada nuevo. Alguna vez habrás sufrido el frío acero contra tu nuca, atado a mí. ¿Yo? Tal vez me hayas escuchado, ya sabes, esas risas histéricas y sin atisbo de cordura, esas declaraciones de amor de lo más incoherentes y vacías, esas amenazas también vacías, esos arranques de amistad que no me gusta reconocer en público... Todo eso te habrá molestado e incluso asustado, seguramente en más de una ocasión. Y volverá a pasar.
Volveré a sentir la necesidad de desenfundar la pistola de la forma más estúpida y tirada posible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario