martes, 20 de septiembre de 2016

Laberinto

Solitario, avanzando por la ruinosa cripta. Ya nadie va a rescatarme. Pienso morir aquí en el subsuelo, enterrado en esta fría piedra habitada por los más crueles espectros. Ya no podré escapar de tus recuerdos que me atenazan de noche y de día. Ya no hay diferencia aquí abajo, aquí no llega el ni el sol ni tu memoria. No sé qué está pasando, todos los putos caminos me parecen iguales y ya ni la más gruesa armadura podrá salvaguardarme del aciago destino que me espera a la salida de este complejo laberinto. Me quedaría aquí para siempre hasta morir de sopor si tuviera algún sustento pero debo avanzar, avanzar y avanzar. No veo la luz al final, no veo la salida. Vamos a quedarnos aquí abajo bajo tierra para siempre mientras las marmóreas catedrales se yerguen sobre nuestras ocupadas cabezas. Aquí estamos tú y yo, tú por un lado y yo por el otro perdidos en este sombrío laberinto inacabable del que nunca saldremos. Ya solo nos quedan los buenos recuerdos que nos permiten seguir adelante pero adelante ya solo hay tinieblas, ya no hay nada. Nunca voy a salir de esta mazmorra repleta de monstruos. Y tú tampoco. Ya no hay nada.

Escritura automática, hijos de puta.

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