sábado, 22 de septiembre de 2012

Pirada, Contenta y Preciosa

Ahí estaba ella, pirada, contenta y preciosa en aquel ruidoso rincón oscuro. Copa en mano y charlando animadamente. No bailaba. No había sitio.
Ahí estaba ella, donde no debería estar. Estaba a diez dolorosos centímetros de mí, tal vez menos, tal vez más, no importaba. No sentí como se me helaba la sangre, no sentí como me explotaba el corazón, no sentí secárseme la garganta. No sentí nada, como cuando te mueres. ¿Qué sintió ella? Una mezcla entre indiferencia y asco, a juzgar por su expresión. A decir verdad yo también sentí un poco de lo segundo, pero solo un poco.
Los recuerdos de cuando esta chica era  consecuente, triste y preciosa me fustigaron la espalda mil veces en un segundo. No sentí dolor. No sentí nada, como cuando te mueres, ya que ahora está pirada, contenta aunque siga preciosa. Ambos intentamos mantener el tipo y no cruzar miradas, hacer como si no pasase nada. Conseguí lo segundo pero fallé en lo primero y en lo tercero. Me fui.
Se la veía animada. Se la veía bien. No sé si eso es bueno.

2 comentarios:

  1. Mejor que tú es seguro que está... Habitualmente, una parte lo lleva mejor que la otra. Dices que no sabes si es bueno. Qué importa si lo es o no.

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    1. No planteo si eso es bueno porque no sabría responderme a la pregunta. Solo... lo dejo ahí :S

      Gracias por comentar :)

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