Estos días debo parecerte un tipo esquivo, ausente, aburrido incluso. Te parecerá que se me han acabado de pronto todas esas interesantes conversaciones ingeniosas con las que tanto decías entretenerte y aprender, en ocasiones. Tal vez te hayas dado cuenta de que ya no contesto todas tus llamadas o que cada vez cuento menos contigo para los cafés y las largas sesiones de cine. Y no hablemos de salir por las noches, seguro que te has dado cuenta de que ya no ocurre desde hace semanas. En definitiva, mi paso por tu vida se está haciendo cada vez más fugaz, monótono y prescindible.
Debo luchar con todo mi ser para no destrozar tu sweet girl's smile y no romper toda esa entereza que te caracteriza. En otra etapa de mi vida me esforzaría en que me odiases pero pasadas experiencias me demostraron que eso no funciona siempre y si lo hace dejará irreparables secuelas en tu mirada y no quiero eso, así que prefiero resultarte cada vez más anodino, repetitivo y aburrido, sobre todo, aun cuando sabes que puedo hacerte reír como nadie.
No quiero que el gran pozo de negatividad que soy acabe con esa vitalidad tan propia de ti, no quiero que otra lágrima más moje las mejillas más bonitas que conozco, por eso decido irme desvaneciendo de tu vida poco a poco hasta que se te acabe olvidando que alguna vez estuve preparado para ser lo mejor que te habría ocurrido jamás.
Me voy. Pudo haber sido peor.
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