Salgo Sobrio

Si, estoy sobrio. Os lo prometo. Que coño, te lo prometo a ti que eres la única que me lee.
Estando sobrio recuerdo por que bebo. Si, si, que empecé a beber por una mujer de la que ya no sé nada desde hace unos años pero sigo porque veo y escucho lo que hoy vi y escuché.

Veo niñatos tratando mal a sus chicas. Les odio.

Veo chicas a las que no les parece mal ser cosificadas. Las odio.

Veo peleas por todas partes. En serio, muchas. Hay gente ahí fuera que se odia más a si misma de lo que yo la odio.

Escucho ese atronador ruido. Creo que le llaman música pero eso no tiene una letra, tiene balbuceos y la odio.

Oigo conversaciones anodinas. Me habla gente que no me importa de temas que odio.

Veo gente a la que no querría ver porque odio.

Me cuesta caminar esquivando a esa gente que odio.

Huelo un enrarecido ambiente que odio.

Visito baños llenos de mierda que odio.

Veo babosos acosando y los odio.

Escucho vasos rotos. Muchos vasos rotos por el odio.

Las caminatas y los cambios de bar para no ir a ningún sitio son enormes y las odio.

Tengo recuerdos que odio.

Por eso y por más cosas que odio es por lo que bebo y nunca, nunca, nunca volveré a controlarme con el alcohol. Porque quiero intentar aislarme del odio.

Gracias.
Ódiame. Yo ya me odio.