miércoles, 14 de noviembre de 2012

Lucía Lagos, vol.1: Nueva Vida

-Bueno...
-Venga mujer, es solo un café, no te voy a secuestrar ni nada. - Sonrió el hombre que acababa de cobrarle todas esas botellas.
-Es que no sé si soy mucho de café, sinceramente.
-Ya, eres más de whisky. - Espetó mirando de reojo las bolsas donde acababa de meter todas aquellas botellas.
-Mira, hay cola detrás mía así que debería irme, ¿vale?
-Que esperen, tú eres importante. - Le guiñó un ojo.
-¿Yo? ¿Por qué dices eso? - Ni ella misma podría negar que se puso un poco colorada.
-¿Sinceramente? Lo veo en esos ojos tristes tuyos. La gente triste suele ser importante.
-¿Qué? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?
-La gente triste es más inteligente que la media por definición. Hay estudios que lo demuestran.
-Y sabes eso porque...
-Soy psicólogo, aunque no lo parezca. Tabajar en un supermercado nunca fue mi idea de futuro...
-¿Si? Yo soy trabajadora social. Bueno... lo era.
-¿Ves? Ahora solo necesito saber tu nombre. - Sonrió una vez más.
-Debería irme, en serio. - Dijo al tiempo que se apresuraba a coger sus bolsas y a dirigirse a la puerta.
-Aquí a las nueve.
-¿Qué? - Preguntó volteándose.
-¡Para el café! Aquí a las nueve.
-No apareceré.
-Oh, si lo harás.

Nunca lo admitiría delante de él, pero tras salir por la puerta del supermercado había mirado su reloj. Le quedaban casi cuatro horas. Realmente le gustaría acudir a aquella cita con ese desconocido cajero de supermercado del que no sabía nada a parte de lo divertido que parecía a veces, pero sentía que no debía hacerlo. No había tenido precisamente suerte con el único hombre con el que se había atrevido a compartir su vida, hasta el punto de perder su casa, que no era nada del otro mundo, y tener que haberse marchado de la ciudad tras una gran, gran, gran catástrofe de la que se sabía responsable. Caminando por las calles de su nuevo pueblo, que más que pueblo parecía una gran y única carretera, podía contemplar en la lejanía la gran nube de ceniza en la que se había convertido la ciudad en la que había vivido desde que tenía memoria. Sentía que debía torturarse por ello, tal vez por ello vivía bajo un puente cuando sabía que los alrededores de la ciudad, como era el caso del lugar donde se encontraba, se habían quedado medio desiertos y no le sería difícil encontrar un techo donde vivir gratis.
Caminó hasta allí, se sentó sobre la poca hierba que quedaba y abrió una de las botellas. Trago largo. Ahora se sentía más calmada y podía pensar con un poco más de claridad. ¿De qué hablaría con el tipo del supermercado? De ninguna manera iba a invitarlo a su... casa. Pero un café con alguien que se reía de aquella forma tan encantadora sería un cambio interesante tras la seriedad y parquedad en palabras de su ex novio. ¿Estaba pensando demasiado rápido? Tal vez. Hacía tiempo que no lo hacía y estaba empezando a gustarle la sensación. Decidió que ya tenía bastante, que había pasado diez años horribles y que los últimos seis habían sido la peor etapa de toda su vida y eso no tenía por que volver a repetirse. No le hablaría de nada de eso al tipo, simplemente aparecería allí y le dejaría a él llevar el ritmo de la conversación, si es que podía.

Tras mirar impacientemente el reloj apareció ante la puerta del supermercado. Cinco minutos tarde. A propósito. Aquel hombre que decía ser psicólogo estaba allí junto a la puerta. Esbozó una sonrisa al verla mientras ella le decía:
-Bueno... Luci ha vuelto. - Hasta a ella le sonó estúpido y pretencioso.
-Buenas, yo soy...

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Pues si, el mejor personaje que jamás he creado a parte de yo mismo por fin vuelve a este blog. Si no sabéis quien es esta mujer y tenéis curiosidad podéis leer sus apocalípticas desventuras junto a su ex novio aquí aunque he intentado y seguiré intentando que esta historia se entienda por si misma, sin necesidad de leer todo esto aunque los sucesos que ocurren aquí son tan importantes para la vida de la protagonista y de todo lo que la rodea que no pueden ser en ningún modo olvidados. De todas formas intentaré, en la medida de lo posible, que esos hechos pasados no tengan, en la medida de lo posible, mucha relevancia en lo que ocurrirá con Luci de aquí en adelante, y de tenerla serían debidamente explicados dentro de la narración. 
Así pues, estáis invitados a acompañar a la más adorable y peligrosa de las mujeres en esta nueva etapa de su vida.
Pero en serio, que su pasado es bastante interesante también si os va la miseria, la decadencia, el horror y el más absoluto de los desastres.

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