-Venga mujer, es solo un café, no te
voy a secuestrar ni nada. - Sonrió el hombre que acababa de cobrarle
todas esas botellas.
-Es que no sé si soy mucho de café,
sinceramente.
-Ya, eres más de whisky. - Espetó
mirando de reojo las bolsas donde acababa de meter todas aquellas
botellas.
-Mira, hay cola detrás mía así que
debería irme, ¿vale?
-Que esperen, tú eres importante. - Le
guiñó un ojo.
-¿Yo? ¿Por qué dices eso? - Ni ella
misma podría negar que se puso un poco colorada.
-¿Sinceramente? Lo veo en esos ojos
tristes tuyos. La gente triste suele ser importante.
-¿Qué? ¿Qué tiene que ver una cosa
con la otra?
-La gente triste es más inteligente
que la media por definición. Hay estudios que lo demuestran.
-Y sabes eso porque...
-Soy psicólogo, aunque no lo parezca.
Tabajar en un supermercado nunca fue mi idea de futuro...
-¿Si? Yo soy trabajadora social.
Bueno... lo era.
-¿Ves? Ahora solo necesito saber tu
nombre. - Sonrió una vez más.
-Debería irme, en serio. - Dijo al
tiempo que se apresuraba a coger sus bolsas y a dirigirse a la
puerta.
-Aquí a las nueve.
-¿Qué? - Preguntó volteándose.
-¡Para el café! Aquí a las nueve.
-No apareceré.
-Oh, si lo harás.
Nunca lo admitiría delante de él,
pero tras salir por la puerta del supermercado había mirado su
reloj. Le quedaban casi cuatro horas. Realmente le gustaría acudir a
aquella cita con ese desconocido cajero de supermercado del que no
sabía nada a parte de lo divertido que parecía a veces, pero sentía
que no debía hacerlo. No había tenido precisamente suerte con el
único hombre con el que se había atrevido a compartir su vida,
hasta el punto de perder su casa, que no era nada del otro mundo, y
tener que haberse marchado de la ciudad tras una gran, gran, gran
catástrofe de la que se sabía responsable. Caminando por las calles
de su nuevo pueblo, que más que pueblo parecía una gran y única
carretera, podía contemplar en la lejanía la gran nube de ceniza en
la que se había convertido la ciudad en la que había vivido desde
que tenía memoria. Sentía que debía torturarse por ello, tal vez
por ello vivía bajo un puente cuando sabía que los alrededores de
la ciudad, como era el caso del lugar donde se encontraba, se habían
quedado medio desiertos y no le sería difícil encontrar un techo
donde vivir gratis.
Caminó hasta allí, se sentó sobre la
poca hierba que quedaba y abrió una de las botellas. Trago largo.
Ahora se sentía más calmada y podía pensar con un poco más de
claridad. ¿De qué hablaría con el tipo del supermercado? De
ninguna manera iba a invitarlo a su... casa. Pero un café con
alguien que se reía de aquella forma tan encantadora sería un
cambio interesante tras la seriedad y parquedad en palabras de su ex
novio. ¿Estaba pensando demasiado rápido? Tal vez. Hacía tiempo
que no lo hacía y estaba empezando a gustarle la sensación. Decidió
que ya tenía bastante, que había pasado diez años horribles y que
los últimos seis habían sido la peor etapa de toda su vida y eso no
tenía por que volver a repetirse. No le hablaría de nada de eso al
tipo, simplemente aparecería allí y le dejaría a él llevar el
ritmo de la conversación, si es que podía.
Tras mirar impacientemente el reloj
apareció ante la puerta del supermercado. Cinco minutos tarde. A
propósito. Aquel hombre que decía ser psicólogo estaba allí junto
a la puerta. Esbozó una sonrisa al verla mientras ella le decía:
-Bueno... Luci ha vuelto. - Hasta a
ella le sonó estúpido y pretencioso.
-Buenas, yo soy...
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Pues si, el mejor personaje que jamás he creado a parte de yo mismo por fin vuelve a este blog. Si no sabéis quien es esta mujer y tenéis curiosidad podéis leer sus apocalípticas desventuras junto a su ex novio aquí aunque he intentado y seguiré intentando que esta historia se entienda por si misma, sin necesidad de leer todo esto aunque los sucesos que ocurren aquí son tan importantes para la vida de la protagonista y de todo lo que la rodea que no pueden ser en ningún modo olvidados. De todas formas intentaré, en la medida de lo posible, que esos hechos pasados no tengan, en la medida de lo posible, mucha relevancia en lo que ocurrirá con Luci de aquí en adelante, y de tenerla serían debidamente explicados dentro de la narración.
Así pues, estáis invitados a acompañar a la más adorable y peligrosa de las mujeres en esta nueva etapa de su vida.
Pero en serio, que su pasado es bastante interesante también si os va la miseria, la decadencia, el horror y el más absoluto de los desastres.
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